Un trabajador cobra 20.000 euros brutos anuales y paga el 11,69% en el IRPF, con lo que se le retienen 2.338 euros al año. Entonces, decide acogerse a la retribución flexible. Lo normal es que contrate seguro médico, transporte y ticket restaurant.
En total decide “comprar” 180 euros al mes en vales para comer (el máximo de 9 diarios por 20 días), se decide a adquirir el seguro médico ( 500 euros al año, lo que supone 41,6 euros al mes) y pasa también su abono transporte, que cuesta al mes 54,60 euros. En total, reduce su salario 276,6 euros mensuales, con lo que al año su salario bruto ya no es de 20.000 euros sino de unos 16.900 euros.
Con ese salario ya no le corresponde tributar al 11,69% sino al 9,43%, con lo que paga menos a hacienda. En concreto sus retenciones ya no serán de 2.338 euros sino de 1.593,67 euros. Al mes esa persona se estará ahorrando 62 euros al mes, lo que suponen 744,33 euros al año. Todo un ‘sobresueldo’ que no esperábamos.
Es importante destacar también que con estas remuneraciones en especie se evita tributar por IRPF pero cotizan de manera íntegra, por lo que a la empresa no le baja en ningún caso el coste de seguridad social. Además, en todo caso tiene que ser la empresa quien contrate el seguro y lo pague, contrate los tickets restaurant y los pague y el abono transporte lo tiene que comprar directamente la empresa.